PANCHO JAIME - Pintura popular - DIEGO MUÑOZ


      

TRIBUTO A PANCHO JAIME 
POR
DIEGO MUÑOZ
La comunión entre el arte popular y el arte contemporáneo ecuatorianos es particularmente notoria tanto por su carácter extensivo como intensivo en la producción pictórica de Diego Muñoz (Cuenca, Ecuador, 1980). Muñoz trabaja una figuración chusca y abrupta, embriagada en lo popular. Durante unos años procedió al cosido sobre tela de diversos fragmentos pictóricos, así como otros elementos cotidianos, tales como abalorios para collares, lentejuelas o aretes, en pinturas carentes de una perspectiva monofocal, en cambio valedoras del mismo primitivismo que exhibe la factura de cada una de sus figuras. La iconografía religiosa con un barroquismo tan esencial en el país es una de las referencias visuales más presentes en su obra. Los asuntos de los que se ocupa son heterogéneos. En gran parte de las ocasiones ofrece una suerte de reflejo esperpéntico de la sociedad ecuatoriana y de las pasiones que ésta cultiva: la fiesta religiosa y profana, elementos de la cultura de masas, como el deporte o los programas televisivos de entretenimiento.
               
Para el cartel promocional de la exposición, Muñoz se ha disfrazado de Pancho Jaime, una imagen que aparece, asimismo, en la contraportada del catálogo autoeditado de la muestra. Pancho Jaime (Víctor Francisco Jaime Orellana), quien fuera un impulsor del circuito rockero guayaquileño fue, como escritor en las publicaciones Censura y Comentarios de Pancho Jaime, que él mismo dirigía, un crítico irreverente y zafio del Ecuador de su tiempo. Un tiempo en el que, por ejemplo, se desarrolló el gobierno de León Febres-Cordero, Presidente de Ecuador entre 1984 y 1988, y que coincidió con el conocido como Operación o Plan Cóndor, un período abierto en las décadas de los setenta y los ochenta, por el que los regímenes dictatoriales iberoamericanos (particularmente, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) que colaboraron o coordinaron diversas operaciones con la CIA.
 
 











       


 

 

 

 

 

 




                                            

Pancho Jaime, fue asesinado a tiros el 6 de septiembre de 1989. Para su Guayaquil natal, el cuencano Muñoz pintó un políptico constituido por seis pinturas sobre tabla que constituye un muy intenso ejercicio de figuración narrativa que es, al tiempo, un tributo y una empática declaración de intenciones.


          

            

  Diego Muñoz: Tributo a Pancho Jaime. 2014,

 óleo y acrílico sobre tabla, 81 x 92 cm (políptico de seis  tablas de 40 x 30 cm c/u). 

Fotografía de Amaury Martínez

                    

 

 PANCHO JAIME . LA MAMÁ DEL ROCK . 

Polémico personaje al igual que su publicación con la cual criticaba en duros términos - por decir lo menos - temas políticos, deportivos e incluso de la farándula.

 

 EXPOSICIÓN -  Cromo de héroe

Las pinturas que conforman la exposición Cromo de héroe, realizadas durante los últimos meses de 2013 y el año 2014, constituyen un conjunto unificado por un mismo planteamiento estético, pese a la aparente diferencia de sus temas. Su lenguaje es figurativo, chusco y con un marcado horror vacui, imbuido de elementos de la cultura popular ecuatoriana. No obstante la heterogeneidad de sus temáticas, el conjunto está hermanado por un concepto ambivalente, una dualidad manifiesta en la integridad de la producción madura de Diego Muñoz. Esta categoría es, en este caso, la de la pasión, que si bien popularmente significa fervor o marcada inclinación –a menudo con connotaciones sexuales–, en un sentido religioso, alude al tránsito, al camino tormentoso. Si en el primer caso hallamos ejemplos de la euforia nacional desatada por los triunfos deportivos patrios (como la llegada a meta el 26 de julio de 1996 en Atlanta, cuando con su triunfo en la prueba atlética de los 20 km Marcha, Jefferson Pérez se convirtió en el primer medallista olímpico ecuatoriano), o la popularidad de una niña cuencana dotada de una bella voz y una historia vital lacrimógena (Leslie Pintado, finalista de la primera edición del concurso Ecuador tiene talento), en el segundo nos encontramos frente a una monumental recreación, extraordinariamente ornamentada y en la que destaca el fulgurante y ácido carácter de su cromatismo –mas sin manipulación alguna de su iconografía– de la imagen de la Dolorosa. Y entre ambos polos, advertimos la transmisión de la certeza de Muñoz en que una cierta idea de progreso amenaza la supervivencia de comunidades autóctonas ancestrales.  Así, el conjunto se constituiría en una suerte de pasión ecuatoriana. Una pasión mestiza, dual, acaso esquizoide, como demuestra una de las particularidades del lenguaje del pintor: su iluminación doble debida a la práctica de la pintura fluorescente.

  

Diego Muñoz. Cromo de héroe

Guayaquil, Centro Cultural Libertador Simón Bolívar-Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo. Del 6 de noviembre al 4 de diciembre de 2014. Comisario: Julio César Abad Vidal.

Cuenca , Museo Pumapungo  Banco Central 2014 Abril

 Diego Muñoz

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